La naturalidad es uno de los factores clave a alcanzar a la hora de realizar cualquier tipo de micropigmentación. Y es que, aunque exista enfermedad, la estética nos preocupa e influye en el ánimo con el que una mujer afronta su recuperación. En el caso de la micropigmentación oncológica, la paciente lleva incorporado además el factor psicológico de volver a recuperar la estética de sus senos tras los efectos que el cáncer de mama haya podido generar. El apoyo y el soporte de personal cualificado son de gran ayuda para el paciente. Por ello, es muy importante realizar un minucioso estudio de la fisionomía mamaria y el tipo de piel, así como el color de la cicatriz o el estudio de los tonos de la areola espejo, para determinar el tipo de pigmentación más adecuada y conseguir un resultado óptimo.
En micropigmentación oncológica, conviene diferenciar entre dos tipos de pigmentos: la gama de colores piel, denomina Skin y los pigmentos específicos para areolas. Ambos son complementarios aunque con matices diferentes. Para seleccionar el color adecuado es necesario tener en cuenta tanto el fototipo de la piel como el tono y el subtono de la misma. Una vez determinados estos dos aspectos, elección de la gama de colores y análisis del tono de la piel, podremos elegir el color más adecuado para pigmentar la areola.
La firma Biotek, con una gama de colores especiales para areolas, ofrece tres tipologías o gamas, lo que facilita al profesional la elección del color.
- Pack para areolas marrones, con tres colores para cubrir lo más ampliamente los matices de este tipo de areolas.
- Pack para areolas rosadas, que abarca desde el rosa natural hasta el rosa intenso.
- Pack para areolas naturales, con gama de colores similares a la piel y con matices ligeramente anaranjados.
Una vez seleccionado el Pack deberemos probar al menos dos colores dentro de esa elección para comprobar que el resultado en la piel sea el más natural posible. Dicha prueba se realizará aplicando el pigmento con un bastoncillo y dejándolo reposar durante aproximadamente cinco minutos. Tiempo conocido como “oxidación del color”.
En el análisis de la tonalidad, hay que tener en cuenta la pigmentación predominante dentro de los colores base (blanco, rojo, negro y amarillo). En función del color que predomine, obtendremos un resultado del pigmento en la piel u otro. Por ejemplo:
- En el caso de predominio del blanco, el color se marchará antes.
- Si por el contrario el color mayoritario es el negro, el pigmento permanecerá mucho más en la piel, experimentando una fijación más duradera.
A la hora de elegir el pigmento, hay que tener también en cuenta el subtono de la piel de la paciente:
- Pieles rosas. En estos casos hay que evitar las tonalidades rosadas para evitar una saturación. Hay que tender a colores más piel o beige.
- Pieles marrones. Hay que buscar el color más afín, pero no suelen experimentar muchos cambios de color.
- Pieles cetrinas. Es necesario evitar los colores con tendencia al verde, contrarrestándolo con alguna gota de tonos anaranjados.
En el resultado final no solo influirá la correcta determinación de la tipología de piel y el tono adecuado, sino también la calidad de los pigmentos y un amplio colorido que permita conseguir el color o la intensidad necesaria en cada caso.
Si deseas más información sobre el uso de colores en micropigmentación oncológica puedes ponerte en contacto con Mar Díaz por Whatsapp al (+34) 615990137 y su gabinete de expertos atenderán tus consultas.